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GULA

La palabra gula viene del latín gula, pasó de significar garganza a voracidad. La palabra procede de una raíz indoeuropea gwel- que significa tragar. Nos da también gola, y derivados como golilla y gollete y verbos como engullir. Con un alargamiento dental ya presente en latín encontramos deglutir y glotón

Considerado como uno de los pecados más paradójicos, puesto que el ser humano necesita comer para vivir. Evagrio Póntico lo consideró pecado porque para el monje mientras se comía se descuidaba la actividad de rezar.

 

“Así como la niebla oculta los rayos de sol, el excesivo consumo de alimentos oscurece la mente”

 

La gula es definida como una obsesión distorsionada, porque una persona convierte la comida en un objeto de placer. Ya en la edad de piedra, las civilizaciones primitivas celebraban grandes banquetes. Existen pinturas en las que se pueden apreciar figuras humanas portadoras de abundancias, salud y fertilidad representadas mediante  figuras corpulentas.  

 

En la tradición grecorromana también existía una paradoja con la comida. La cultura griega rendía culto al cuerpo atlético y armónico, pero al mismo tiempo disfrutaba de los placeres del buen comer. La expansión del imperio romano supuso el conocimiento de una gran variedad de alimentos exóticos. Conocidos son los grandes banquetes de los aristócratas en los que comían sin cesar. Las visitas eran interrumpidas por constantes visitas al  vomitorium, un lugar donde los invitados vomitaban para dejar sitio a más comida y bebida; el término también hacía referencia al pasadizo por donde se evacuaba a la gente del anfiteatro. Por algún motivo, algún autor debió de asociar a esos desenfrenados festines. 

 

En la tradición cristiana el pecado de la gula surge como una reacción ante el hedonismo del imperio romano. La Biblia advierte sobre los males de la gula y describe como el diablo utilizó este pecado para atraer a Jesús al infierno.  Jesús fue al desierto y ayunó durante 40 días 40 noches. Cuando Satanás quiso tentarle el primer pecado al que recurrió fue la gula. Le dijo convierte esas piedras en pan y sacia tu estómago. Y Jesús respondió: 

 

"No solo de pan vive el hombre; sino de toda la palabra que sale de Dios"

 

Para apaliar la gula, en el s. V, el filósofo y teólogo San Agustín predicó la abstinencia en todas sus formas. En el s IV emergió un movimiento monástico cristiano que decidió vivir enclaustrado en monasterios alejados de cualquier tentación carnal. Vivían muy preocupados por el excesivo placer que proporcionaban los sentidos.

 

En el s.VI, el Papa Gregorio Magno, además de confeccionar la lista de los 7 pecados capitales, también proclamó que había 5 modos concretos de caer en la gula: 

 

  • Comer demasiado, es la forma de gula más conocida, en este sentido la gula era un robo a los pobres y a los hambrientos 

  • Comer a deshoras era un acto de glotonería. Se habían establecido horas para comer y no se debía picar entre medio.  

  • También se pecaba si se preparaba la comida de una forma determinada o detallada, había que preparar los alimentos con sencillez, porque era gula prestar atención a la comida.  

  • Apetito y acto, significaba que se pensaba continuamente en la comida. 

 

En la Divina Comedia de Dante, la gula pasó a estar en el tercer círculo, de los nueve que conformaban el Infierno. Los glotones están apartados en una ciénaga repugnante donde soportan una lluvia helada y se revuelcan en el fango. El cancerbero, un perro de tres cabezas, custodia a los pecadores que aúllan como animales enjaulados.  

 

En la edad media, algunos monjes, sortearon las reglas estrictas impuestas por las órdenes monásticas, con tal de no sentirse culpables comiendo en exceso. Estaba prohibido hacerlo dentro del monasterio, pero en la mayoría de ellos, existía una sala especial llamada el misericordium. Los monjes aseguraban que esa sala era un espacio que ya no pertenecía al monasterio, lo cual fue su pretexto para poder pecar sin castigo. 

 

El Fraire Tomás de Aquino, en el s XIII, advertía que sucumbir al pecado de la gula comportaría caer en los pecados de  Lujuria, Ira y Pereza (acedia). El Fraire creía que existía una interconexión entre ellos, de los cuales una vez dentro ya no se podía escapar.

 

En el sXIII, Sant Francisco de Asís, un fraire católico romano, supo cómo practicar la moderación. Ideó una receta para poner fin al gozo que le suponía comer. El Fraire,  espolvoreaba ceniza en la mesa para matar el sabor de la comida y así no desatender a Dios.  Algunas santas también llevaron la templanza al extremo. Santa Catalina de Siena, Clara de Asís y Verónica se dejaron morir de hambre por Dios. Algunos teólogos cristianos se refieren a este fenómeno como 'Anorexia Santa'. Las santas, realizaban ese sacrificio porque tras la privación de alimentos, en algunas ocasiones eran conducidas a tener alucinaciones con Dios. 

 

Con la llegada del renacimiento la aristocracia trajo consigo una nueva visión del pecado de la gula. La comida refinada se convirtió en motivo de orgullo y signo de  distinción social. 

 

 

 

 

Siempre intentaban vivir y comportarse conforme su estatus, por lo que estaba mal visto comer como campesinos.  

 

Luis XIV fue uno de los reyes más glotones, incluso se decía que su estómago era tres veces mayor que el de un hombre corriente. Muchos de los aristócratas sufrieron por Gota, úlceras o enfermedades cardiovasculares debido a un ritmo de vida lleno de excesos.

 

En 1545, Luigi Cornaro, temió que su glotonería acabase con él, por eso escribió una guía que ayudaba a evitar el pecado de la gula. Fue el primer libro de dietética del mundo. En él, explicaba cómo conseguir una salud perfecta.  

 

A principios del s XVII esta reticencia con la gula se extrapoló a América junto con los pelegrinos y puritanos que viajaron a esas tierras. Se formaron colonias en Plymouth y en la bahía de Massachusetts. Un grupo de puritanos, caracterizadors por su odio casi visceral por el catolicismo romano, decidió desterrar todos los vicios de Nuevo mundo. Su máxima pretensión era desvincularse de los vicios romanos formando una comunidad reformada, perfeccionada. Ejemplo de ello fue el rechazo a la Navidad. Creían que las fiestas incitaban a la glotonería. En 1659, las cortes de Massachusetts prohibieron su festejo. Aquellos que incumpliesen la ley serían sancionados con una multa 5 chelines. La festividad fue ilegal hasta 1681.

 

Ya entrado el s.XIX., la gula se convirtió en una preocupación latente entre la sociedad estadounidense. El alcoholismo proliferó y muchos ciudadanos se unieron para lanzar el 'movimiento por la templanza’. Su misión era detener el pecado de la gula poniendo fin al consumo desenfrenado de alcohol. Con esta medida se pretendía proteger a las familias de sus efectos nocivos. El movimiento por la templanza contribuyó a la llegada de la ley seca. El consumo de alcohol se convirtió en algo ilegal entre los años 1920-1933.  

 

En la tradición cristiana los 7 pecados son considerados como un camino al infierno. Al igual que en otros pecados, la gula también tiene su demonio, belcebú, el demonio de las moscas. Para algunos cristianos esta bestia con cuerpo de insecto es el responsable de tentar a los humanos para convertirlos en glotones.  

 

Presencia en otras religiones

 

En el caso del judaísmo, no se reconoce la gula como pecado. Se supone que hay que dar gracias a Dios por la comida y es por ello por lo que se bendice cada alimento de una manera concreta. Compartiendo la idea del extremo con el cristianismo, el judaísmo lo considera pecado siempre y cuando se lleve al límite su práctica, es decir,  si uno queda esclavizado por su deseo y olvida lo que es importante. En este caso, la religión judía habla de la solidaridad con el resto de personas. 

 

"Si la gula implica que nos quedemos con lo que deberíamos dar a otros o impide que demos de comer a los demás o no nos permite ver las necesidades ajenas o nos esclaviza, entonces sí es un pecado"

 

En antiguas escrituras judías como es el caso del libro de Judith, ya se advierte de los peligros que puede acarrear caer en esta tentación. En el libro de Judith, un rey asirio, ordena a su general Holofernes que acabe con Israel. Durante el asedio a la ciudad judía de Beturia, Judith invita a cenar a Holofernes, conocido por su glotonería. El general iba a destruir la ciudad y a asesinar a casi todos los habitantes.  Judith le hizo creer que se había enamorado de él y le preparó una cena. Durante la velada le animó a beber hasta tal punto que Holorfenes se emborrachó y perdió el conocimiento. Judith aprovechó para cortarle la cabeza y así poder salvar a su pueblo.  

 

Siguiendo la misma creencia, el Islam también previene a sus fieles de los peligros del pecado de la gula: come y bebe, pero sin excesos. Comer saludablemente es uno de los mandamientos del Corán. En esta religión, se presencia ese decoro por la salud con el cumplimiento del ramadán. Durante un mes los musulmanes no pueden comer ni beber desde la salida hasta la puesta del sol. La tradición islámica considera que con esta práctica de ayuno los fieles aprenden a tener disciplina y autocontrol. Es su forma de enseñar a no ser glotones. 

 

Para los cristianos, esta práctica es extrapolable a la época de cuaresma, época que conmemora los 40 días en los que Jesús ayunó en el desierto. Algunos religiosos del ala más puritana, consideran que el carnaval debería ser pecado, ya que durante ese día se celebra la llegada de cuaresma y se convierte en un festín de comida y bebida de tres días. Es un modo de soportar los días de ayuno que les esperan hasta el día de pascua.  Así pues, en el s.SXVI, la reforma protestante cogió peso y vio la cuaresma como una institución católica, y por ende, un objetivo al que atacar. Los protestantes criticaron la glotonería de esas fiestas. Al no aparecer en la Biblia de forma explícita, consideraban que no se trataba de una festividad religiosa.  

​© 2015 by Sandra López

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